Alguien dijo en una ocasión: «Hay personas que, por mucho que envejezcan, jamás pierden su belleza; solo se les pasa de la cara al corazón».
Hay una ley natural en nuestro mundo, y es que, nos guste o no nos guste, con el paso de los años nos vamos haciendo cada vez mayores. No importa si las compañías de belleza nos quieren hacer creer que, si compramos esta marca de crema, o la otra, nos vamos a rejuvenecer bastantes años. Por favor, no quiero quitarte la ilusión, pero no te creas todo lo que te dicen por los medios de comunicación. Seguro que recuerdas como yo publicidades que dicen: «Ponte esta crema y serás más joven…» o «disfrutarás de una eterna juventud…» o «porque tú lo vales…».
Verdad que hemos oído muchas veces todo esto. Yo quiero darte el auténtico secreto para que puedas mantenerte cada día joven y radiante, aunque tu piel por fuera se vaya arrugando como la de esos perritos «que nos parecen tan lindos…». Y más, yo no te voy a cobrar nada por darte el secreto, solo me gustaría que pudieras ponerlo en práctica. El secreto para mantenerte diariamente con un espíritu joven y renovado es mantener una vida en completa comunión con el Señor. Disfrutando cada día de las bendiciones que el Señor trae a tu vida. Y mirando la vida con los ojos del Señor Jesús. Dándole gracias por cada cosa que viene a tu vida, ya que Él hace que todo sea para tu bendición. Recuerda, así harás «que se pase de tu cara a tu corazón».
Tomados del libro de devocionales del Pastor: “Meditad sobre vuestros caminos”.