Decisiones

Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse.

Daniel 1:8

Alguien dijo en una ocasión: «Para vivir el hombre debe actuar; para actuar, debe tomar decisiones; para tomar decisiones, debe definir un código de valores; para definir un código de valores, debe saber qué es y dónde está».

Decisiones, decisiones, decisiones. Desde que nos levantamos en la mañana, y hasta que nuestros ojos se cierran en la noche tenemos que estar continuamente tomando decisiones. Algunas más trascendentales que otras, pero al fin y al cabo son decisiones. Como, por ejemplo: ¿Qué comeré hoy? ¿Qué ropa me pondré? Etc. Bueno, quizás para algunos esas sean decisiones importantes. Pero, cuando nos vamos haciendo mayores, nos damos cuenta de que hay otras decisiones realmente más importantes. Como, por ejemplo: ¿A qué dedicaré mi vida? ¿Qué estudiaré? ¿Me casaré, y si lo hago, con quién me casaré?…

Daniel tuvo que tomar una decisión trascendental en su vida cuando tan solo tenía unos 15 años. Y era, ya que había sido llevado como esclavo desde su país a un país extraño, a abandonar los valores cristianos, éticos y morales que había recibido en su tierra natal. En la que le enseñaron a amar a Dios sobre todas las cosas, o decidir adoptar los valores paganos de sus nuevos jefes. Bueno, uno piensa hoy día en Daniel, y en sus 15 años, y mira nuestra sociedad y cómo actúan los adolescentes a esa edad y poco menos que uno se pondría a llorar. Ya que pensaríamos que a los 15 años todavía una persona no está lo suficientemente formada para tomar decisiones tan importantes. Daniel fue una de esas personas que decidió transformar un problema en una oportunidad para brillar para Dios en medio de una sociedad pagana. Decide bien, tengas la edad que tengas. No hay excusas.

Tomados del libro de devocionales del Pastor: “Meditad sobre vuestros caminos”.