Pero Jesús dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los Cielos
Mateo 19:14
Alguien dijo en una ocasión: «Los niños necesitan modelos más que críticos».
No cabe duda de que nuestras iglesias hoy día reflejan lo que cada uno de nosotros somos en el hogar. En cuanto a los niños, aún recuerdo hace años, cuando todos los niños se sentaban juntos en la iglesia y adoraban a Dios con sus padres. Padres e hijos disfrutaban de un tiempo de comunión especial en la iglesia. Cantaban, oraban y escuchaban la Palabra del Señor junto con los adultos. ¿Por qué sucedía esto en el pasado? Porque los padres sabían que su primer lugar de trabajo y entrenamiento era el hogar familiar.
Hoy, en la mayoría de nuestras iglesias, los niños son «casi un estorbo». No se están quietos, no se sientan con los padres, no cantan, no oran, no escuchan la Palabra del Señor, y muchas veces las madres prefieren no ir a las reuniones de la iglesia porque sus hijos no se están quietos. Yo me pregunto: ¿Será esto culpa de la iglesia? O ¿será que no se está haciendo el trabajo necesario en el hogar?
Hoy desde que llegamos a la iglesia estamos deseando «cargarles nuestros hijos a otras personas». Nos quejamos porque la iglesia no los cuida, nos quejamos porque no los entretienen en la iglesia, nos quejamos porque no tienen juegos para ellos, nos quejamos…
Estimado amigo lector, ¿cuánto cambiarían nuestras iglesias y sociedades si nosotros los padres decidiéramos comenzar a hacer el trabajo bien desde casa con nuestros hijos? Termino hoy con: «A buen entendedor pocas palabras bastan».
Tomados del libro de devocionales del Pastor: “Meditad sobre vuestros caminos”.