Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados.
Efesios 5:1
Alguien dijo en una ocasión:
Somos imitación en más de una mitad; lo importante es escoger buenos ejemplos por imitar
No hay sino que ver a nuestros hijos pequeños para darnos cuenta que tratan de imitarnos en todo lo que hacemos. Por ello, si tenemos temor de Dios, sabemos que no podemos permitirnos el lujo de hacer, decir o ver cualquier cosa que queramos. Ya que tenemos personas que se están fijando en todo lo que hacemos, decimos o vemos. Eso nos debe hacer pensar y actuar de una manera ejemplar, tanto por nosotros mismos, como por esas personas que se fijan en nosotros.
Pero si somos honestos, muchas veces podemos hacer, decir o ver cosas que puedan estar siendo de mal ejemplo para aquellos que nos observan. Entre ellos, nuestros hijos y las personas que están a nuestro alrededor.
El gran ejemplo a imitar como nos dice el versículo del encabezamiento debe ser nuestro Señor Jesucristo. Ahora bien, si soy honesto con esto puedo decirte que realmente me falta muchísimo para poder imitarlo como él realmente se merece. Esto es un proceso que nos tomará toda la vida. Pero no hay mejor cosa que tener un buen ejemplo a imitar.
Cuando pienso en poder imitar al Señor, me siento como que es algo que no podré conseguir nunca. Y es cierto, nunca podremos imitar a Cristo en todo. Pero si su Palabra nos dice que seamos sus imitadores, es que con su ayuda podremos conseguirlo. Mi oración y mi deseo para este día es que el Señor nos ayude a todos a poder imitarlo a Él. ¡Cuántas cosas cambiarían no solo en nosotros sino también en el mundo si imitáramos a Cristo!
Tomados del libro de devocionales del Pastor: “Meditad sobre vuestros caminos”.