No vivas siendo un conformista

Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta

Romanos 12:1-2

Alguien dijo en una ocasión: «La costumbre es el enemigo del hombre; renovarse en lo mutable es el secreto de una vida plena».

Uno en el andar diario de la vida ha podido ver que cristianos sencillos, quizás sin estudios universitarios o incluso generales, viven de manera más santa y recta que otros mucho más instruidos y dotados. ¿Cuál es el secreto? ¿Cómo lo han conseguido?… Te voy a dar el secreto y es bien sencillo. Sus vidas, sus mentes, todo su ser ha sido profundamente renovado por el Espíritu Santo. Esto son personas que pueden oler la tentación antes que otros, y así poder huir de ella con la ayuda de Dios. También pueden oler una hermosa oportunidad para amar y servir a otros antes que nadie por la gracia de Dios.

Querido amigo lector, la renovación de la que Pablo está hablando aquí, va mucho más allá de un mero esfuerzo mental. Esto es el sacrificio de una vida constante de oración y entrega a la voluntad de Dios. Yo no puedo conocer a Dios si no paso tiempo con él y su Palabra. Igual que no puedo conocer a ninguno de ustedes si no paso tiempo con ustedes.

Quiero terminar con una cita de alguien que dijo en una ocasión: «Oh, Señor, no existe mayor deseo en mí que aprobar lo que es más digno, valorar aquello que es de más valor, atesorar lo más valioso, admirar lo más hermoso, odiar lo más aborrecible y aborrecer todo lo que no te agrada. Me declaro muerto a todo aquello que es carnal, mundano y nocivo a mi alma. Renuévame, oh, mi Dios. Despierta y vivifica en mí la capacidad de verificar lo que es correcto. En Jesús. Amén».


Tomados del libro de devocionales del Pastor: “Meditad sobre vuestros caminos”.