Pedir según Dios

Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré

Juan 14:13-14

Marco Tulio Cicerón dijo en una ocasión:

Este es el primer precepto de la amistad: Pedir a los amigos solo lo honesto, y solo lo honesto hacer por ellos.

Señor, te pido que pueda sacarme la lotería. Señor, te pido no tener que trabajar más. Señor, te pido que me sanes del colesterol, pero quiero seguir comiendo la comida que me hace daño. Señor, te pido… Algunos ilusos creen que es a esto a lo que se refieren los versículos del encabezamiento. Parece que, si ponemos esta cláusula de estos versículos al final de nuestras oraciones, «Dios tiene el deber de concedernos lo que pidamos». Nada más lejos de la realidad.

Los versículos nos están hablando de que nosotros debemos estar en perfecta comunión con el Señor para que nuestras peticiones puedan ser las mismas que a Cristo le gustaría que fueran realizadas. Es como hacer uso del poder de abogar que una persona muy amada nos ha concedido.

¿Cuántas peticiones habrás oído al igual que yo desde una reunión de oración? Peticiones tales como: Señor, dame un trabajo. Y cuando lo tienen ya se olvidan de darle las gracias al Señor. O también, Señor, sáname de esta enfermedad. Pero no se preocupan de cuidar en todos los sentidos su cuerpo como templo del Espíritu Santo. O Señor, te pido por mis hijos que no quieren venir a la iglesia. Y la iglesia para mí se convierte en un lugar adonde vengo solo cuando me sobra el tiempo o necesito pedir. Estimado amigo lector, cuando nosotros empecemos a disfrutar de la intimidad con Dios, tendremos la completa seguridad de que lo que pedimos está dentro de su voluntad. Entonces Dios comenzará a obrar.

Tomados del libro de devocionales del Pastor: “Meditad sobre vuestros caminos”.