Las Perlas

También el reino de los Cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas, que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró

Mateo 13:45-46

Alguien dijo en una ocasión:

Para obtener perlas, se debe buscar en las profundidades del mar. ¿De qué sirve chapotear entre las olas de la orilla y afirmar que no hay perlas en el mar?

Te has preguntado alguna vez cómo se forman las perlas. Seguro que ya lo sabes, pero siempre es bueno que volvamos a recordar aquellas cosas que sabemos, pero quizás se han quedado en el subconsciente y es necesario volver a pensar en ello.

La perla se forma cuando un irritante granito de arena se mete entre los pliegues de una ostra. Esta ostra entonces cierra su caparazón al sentirse herida y empieza a segregar un líquido llamado nácar con el que envuelve el granito de arena que la mortifica. La perla se forma pues por la reacción de la ostra contra ese factor irritante. Alguien definió esto de la siguiente manera: «Una perla es una ostra que ha sido lastimada». Lo que la hirió terminó por ser su corona y su gloria.

Cuántas veces habrás pensado como yo: ¿Por qué tanto sufrimiento? ¿Por qué tanta lucha? ¿Por qué tantos sin sabores? ¿Por qué, aun a pesar de querer con todo nuestro corazón servir al Señor, no recibimos sino desprecio, y la vida se convierte en una lucha continua? ¿Por qué…? Míralo del otro lado. Quizás eres como una ostra que está a punto de producir y proveer una hermosa perla.

Todos sabemos que, durante el proceso, entre que el granito de arena pasa a convertirse en una maravillosa perla, tiene que pasar un tiempo largo. Y cuando nosotros estamos en ese proceso, muchas veces no podemos ver «la luz al final del túnel». Pero te aseguro que, si aguantes el proceso, tu vida se convertirá en una preciosa perla que traerá bendición a muchas vidas, y será una corona hermosa para el Señor.

Querido amigo que estás leyendo esto, si te sientes como esa ostra, que ha sido o está siendo lastimada, no dejes de luchar. Si te sientes incomprendido o incomprendida, si lo único que sientes es ganas de arrojar la toalla y no seguir luchando, este servidor quiere animarte a que no desistas. A que sigas peleando y luchando, porque te aseguro que pronto tu vida producirá una hermosa perla que será de mucha bendición, tanto para la gloria del Señor, como para muchas personas. ¡Te lo puedo asegurar!

No te rindas, ya que si lo haces perderás las bendiciones que el Señor tenía preparadas para tu vida, y te quedarás a medio camino, y no está la vida preparada para que los hijos de Dios se queden a medio camino. Así que mucho ánimo y sé cómo una gran perla para Dios.

Tomados del libro de devocionales del Pastor: “Meditad sobre vuestros caminos”.