Con o sin cerebro

Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor

Efesios 5:15-17

Albert Einstein dijo en una ocasión:

Para aquellos que alegremente marchan en fila, ya se han ganado mi desprecio, porque se les dio un cerebro grande por accidente cuando la columna vertebral habría sido suficiente

En los tiempos que corren suelo decir que «ha muerto el sentido común». Y ya no estamos hablando de cosas muy profundas ni difíciles de entender, simplemente estamos hablando de cosas de sentido común. Espero que nadie que lea esto se pueda sentir acusado por estas palabras, pero en muchos cerebros parece que el serrín o el eco son los «inquilinos principales de muchos de ellos».

La Palabra del Señor en estos versículos del encabezamiento nos exhorta para que realmente seamos sabios y no necios, para que podamos movernos por la vida de tal manera que no parezca que simplemente lo hacemos «sin cerebro». Tristemente cuando los cristianos somos los que tenemos que levantar la voz y enseñar a este mundo cómo se debe vivir ya que Cristo es quien mora en nosotros, es todo lo contrario. Son los cerebros vacíos y huecos los que nos están diciendo cómo debemos comportarnos, cómo debemos vestirnos, qué debemos hacer, ver y otras tantas cosas. Y el gran peligro de esto es que incluso el «mundo vacío y hueco» se está metiendo dentro de nuestras iglesias. Querido amigo lector, reflexiona sobre cómo está la sociedad. Reflexiona sobre cómo está la iglesia, tu vida, tu familia, y entonces pídele a Dios que te ayude a ser sabio y a andar con diligencia en medio de un mundo insensato. ¡Dios puede ayudarte! ¡Pídele que lo haga! Vive con cerebro, no sin él.

Tomados del libro de devocionales del Pastor: “Meditad sobre vuestros caminos”.